lunes, 23 de febrero de 2015

Cómo ser una buena ciudadana: Capítulo I

Desde que era muy pequeña recuerdo a mi mamá mandar cartas (hablamos de una era pre internet) cuando algo le parecía que estaba mal. Esto incluía desde la forma de un envase de limpia pisos, inadecuado para esa función, como también, que hacía falta un semáforo en una esquina que ella alertaba como peligrosa. Esto siempre fue blanco de nuestras bromas con mis hermanos y hasta la molestábamos por usar nuestro apellido en ellas. Supongo que creíamos, que de alguna forma, estaba extendiendo su función de madre hasta el diseñador del envase de Ceramicol diciéndole cómo hacer su trabajo.
Pero a la vez, no podía de dejar de ver otra parte de la historia, que es, que cuando a uno le parece que algo está mal, debe abrir la boca y decirlo. Se trataba también de principios.
Hoy, a mis 33 años, les cuento esto como una de las enseñanzas que mi madre me ha dado, seguramente, sin saberlo.
Ahora volvamos a la actualidad. Hace ya unos meses, se venían acumulando escombros en la esquina de mi casa. Aparentemente, algún vecino, decidió sacar unas bolsas que nadie se llevó (habrá creido que con el paso de las horas se iban a desintegrar, no sé). Cómo ya algunos estudios se encargaron de demostrar, si un lugar está sucio, es propenso a que las personas lo ensucien aún más que a uno limpio. Debo decir que sumo mi grano de arena a estos estudios. La montaña de escombros poco a poco aumentaba más. Desde la ventana de mi habitación y desde la de mi taller mi vista se veía seriamente afectada.
No pensé en mi mamá, pero actué como ella.
Googlé "escombros en vía pública" y logré dar con una página del gobierno donde había un mail al que podía comunicarme. Esto es México, y la verdad no tenía muchas esperanzas  al respecto, creí que chocaría contra una pared de papeleos burocráticos que pondrían a prueba mi moral como ciudadana. A la semana, recibí un correo bastante automático, dándome un número de legajo para seguir mi caso. Sentí que era un avance, pero la palabra "legajo" no alimentaba mis esperanzas. Pasó una semana más y vi a una camioneta del gobierno estacionada en la esquina. Llamé a mi esposo a los gritos para mostrarle mis logros, pero estas personas sólo levantaron un par de bolsitas, sacaron fotos y se fueron. Pasaron los días y llegó el día de hoy, Lunes 23 de Febrero de 2015. Corrí la cortina de la ventana de mi habitación y... la esquina estaba limpia. Se sintió bien, realmente bien.

Gracias madre querida.

Personas del gobierno determinando la gravedad del asunto... Los escombros están detrás de ellos, lástima que no lo documenté!


Esquina libre de mugre!!! Iujuuu!!

3 comentarios:

  1. Personas como tu madre y tu, valientes, determinantes y decidias son lo que hacen falta para poner orden en un caos de mundo que, como no se alce la voz de vez en cuando, sería todo más caótico todavía. Felicitarte por la hazaña:)

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